2 feb 2009 | By: Laura Falcó Lara

El televisor

Estaba dormida frente al televisor cuando una especie de interrupción en la conexión la despertó. Todavía medio dormida abrió ligeramente los ojos y creyó ver una extraña imagen en la pantalla. Era como un perfil silueteado sobre la negra pantalla que parecía mirarla fijamente. Susana se sobresaltó y abrió los ojos de par en par. La imagen del televisor volvió a la normalidad.

- Habrá sido fruto de mi imaginación, pensó.

Al día siguiente después de trabajar Susana fue al supermercado. Era lunes y tocaba hacer la compra. Llegó a casa y, no sin un cierto esfuerzo, subió a pie los tres pisos del inmueble. No le molestaba vivir de alquiler en un tercer piso sin ascensor, salvo cuando iba a la compra. Abrió la puerta y se dirigió a la cocina. Estaba colocando las latas de coca cola en al nevera cuando de pronto le pareció oír el televisor. Era el típico ruido molesto de un canal que no tiene señal. Salió de la cocina y nuevamente se encontró aquel extraño rostro mirándola desde el fondo de la pantalla. Esta vez el rostro parecía estar moviendo los labios en un intento infructuoso de hablar. Diez segundos más tarde el televisor su apagó como por arte de magia. No sin un cierto desconcierto Susana se acercó al televisor y lo puso en marcha una y otra vez. La imagen era normal. Volvió a la cocina e intentó no darle más vueltas a aquel incidente. Seguro que había una explicación lógica.
Cenó y como cada noche se tumbó frente al sofá para ver alguna película. El sueño no tardó en hacer mella y dejarla fuera de juego. Debía ser cerca de la una de la mañana cuando Susana se medio despertó al oír un ruido extraño que provenía nuevamente de su televisor.

- ¡Amanda! Decía aquella voz casi inaudible que procedía de la pantalla.

Susana abrió los ojos y nuevamente la vio, la silueta estaba allí y esta vez podía oírla.

- ¿Quién…eres? Dijo Susana aterrorizada

- ¡Amanda! Se oyó nuevamente y tras unos breves instantes la imagen del televisor volvió a la normalidad.

Susana agarró el teléfono y en pleno ataque de ansiedad llamó a Daniel, su novio.

- ¿Si diga?
- ¡Daniel, tienes que venir!
- ¿Susana? ¿Eres tú?
- Sí Daniel, ven rápido, algo extraño pasa con el televisor
- ¿Con el televisor? Pero… ¿Tan urgente es?
- No te imaginas lo que ocurre. Se ven imágenes, voces…
- No entiendo…
- ¡Ven!
- Está bien tranquilízate, voy para allá.

Cuando Daniel llegó a casa de Susana está estaba en pleno ataque de ansiedad.

- ¡Mira la tele, mírala… ya verás!
- ¿El qué? Yo no veo nada…sólo anuncios.
- No, no es eso…de pronto se queda en negro y entonces aparece
- ¿Aparece? ¿El qué?
- Esa silueta, esa voz…
- Susana, tu no estas bien.
- No, te lo juro, no estoy loca.
- Bueno, vamos a hacer una cosa, hoy me quedaré a dormir contigo. ¿Vale?
- Vale…vale.

Aquella noche ninguno pudo pegar ojo. A la mañana siguiente, mientras Daniel iba a la cocina a preparar el desayuno el televisor volvió a encenderse por si sólo. Esta vez fue Daniel quien vio a aquella extraña sombra y oyó la voz.

- ¡Amanda!

Daniel se quedó inmóvil frente a la puerta del salón. En aquel instante, Susana que andaba detrás de el chilló de forma descontrolada y cogió a Daniel por detrás.

- ¿Qué coño es eso? Exclamó Daniel
- ¡Eso es de lo que intentaba hablarte ayer!

Daniel se acercó al televisor y comprobó que estaba apagado. Aquello no podía ser real, pensó. Debía haber una explicación lógica. Quizás imágenes de algún canal que se quedan en la pantalla tras apagar el televisor. Quizás algún reflejo extraño…quizás… Daniel fue hacia el ordenador y lo puso en marcha.

- ¿Qué haces?
- Buscar información.
- ¿Información?
- Seguro que algo encontraremos aunque, no sé si lo que podamos encontrar nos hará
demasiada gracia.
- ¿Por?
- Susana, me temo que eso no es de este mundo.

Tanto Daniel como Susana llamaron a sus respectivos trabajos y se tomaron el día libre. Daniel pasó toda la mañana colgado del ordenador pero, al final, consiguió averiguar lo que quería.

- Aquí está Susana.

Psicoimágenes:

Fenómeno de generación de imágenes paranormales que aparecen en una frecuencia neutra del receptor de televisión y que generalmente son imperceptibles a los ojos del espectador en el momento de su producción, pero que pueden ser filmadas o grabadas en vídeo, apareciendo en el momento de la reproducción visual de lo grabado.
Algunas veces también puede ser vistas de forma directa sobre un televisor apagado o encendido.

- ¿Y…quieres decir que es eso lo que ocurre en mi televisor?
- Tiene toda la pinta
- ¡Joder! Que mal rollo ¿Y ahora qué?
- ¿Qué palabra es la que se ha oído?
- Amanda. Ayer también dijo lo mismo.
- Amanda…mmmm
- ¿Qué piensas?
- ¿Y si Amanda fuese el nombre de alguien que vivió aquí antes que tú?
- ¿Cómo?
- Sí, quiero decir, por lo que he podido leer en la mayoría de casos estos fenómenos responden a una necesidad del supuesto “espíritu” por cerrar o resolver algo que dejó pendiente en vida.
- ¡Y yo qué sé! ¿Cómo quieres que sepa quién vivió aquí o qué pasó en esta casa?
- ¿Y si preguntamos a tu casera?
- Va a pensar que estamos locos
- Ya, pero seguir así es peor ¿no?
- ¿Y que le explico?
- Mejor hazla venir y entre ambos…

Aquella misma tarde Susana llamó a la señora Angelines.

- ¿Una fuga? Preguntó Angelines Moreno contrariada
- Sí y es bastante importante así que mejor se pasa cuanto antes y llama al seguro.
- Esta bien, voy para ahí.

Aquella mentira la hizo sentir mal. A Susana le costaba mucho mentir.
Angelines entró en la casa y enseguida supo que algo extraño ocurría. Susana y Daniel la invitaron a sentarse y trataron de explicarle todo aquello de la forma más sutil que pudieron.

- ¿Una cara? ¿Estáis locos o qué?
- Sí, una cara de una mujer. Una mujer que parece estar angustiada por algo. Dijo Susana.
- Oye, esto no tiene gracia.
- Hay algo más, esa mujer repite cada vez un nombre; Amanda. Dijo Daniel
- ¿Le dice algo ese nombre? Preguntó Susana

Aquella vieja mujer se quedó completamente muda y tras mirarles a ambos de forma desconcertada, rompió a llorar.

- ¿Qué le ocurre?, ¿Se encuentra bien? Preguntó Susana algo preocupada por la reacción de la mujer.

- ¿Quién era Amanda? Preguntó Daniel

Angelines suspiró y levantó la mirada.

- Amanda era mi hija.
- ¿Su hija?
- Sí, mi hija. Esta casa era de ella hasta que se suicidó.
- ¿Qué? Exclamó Susana sobrecogida por aquella información.
- Una tarde viene a verla y no abría la puerta. Cuando llegaron los bomberos ya era tarde.
- ¿Le puedo preguntar porqué? ¿Qué ocurrió? Dijo Daniel
- El día anterior discutió con su padre y conmigo. No nos gustaba la vida que llevaba. Alcohol, drogas, un novio nada adecuado. Su vida era un auténtico desastre.
- Ya
- Hace casi veinticinco años de aquello pero para mi es como si fuera ayer. No he dejado de culparme ni un solo día.
- ¿Culparse? Preguntó Susana.
- Sí, siempre pensé que debí ayudarla y no juzgarla de aquella forma.

De pronto, el televisor se puso aparentemente en marcha y una vez más, del fondo de la negra pantalla una imagen afloró. Era ella otra vez, aquella mujer. Angelines se quedó petrificada frente al televisor.

- ¡Perdóname hija,….perdóname!

Angelines rompió a llorar de forma desconsolada mientras se arrodillaba frente al televisor. En aquel instante, apoyó su mano en la pantalla tratando de acariciar el rostro de su hija. Entonces, una voz muy fina y casi inaudible susurró:

- Perdóname tú mamá. Te quiero.

Acto seguido la imagen desapareció.

Durante la siguiente semana Susana no volvió a ver nada extraño en su televisor pero, pese a que la situación había vuelto a la normalidad, Susana prefirió mudarse de apartamento. No le resultaba demasiado cómodo saber que una mujer se había suicidado en su salón.


http://esencia21.wordpress.com/2007/04/21/jimenez-del-oso-hablando-de-psicoimagenes/

4 comentarios:

FeeRchA~. dijo...

excelente trabajo!. Saludos desde Buenos Aires, Argentina.

Fernanda.

Laura Falcó Lara dijo...

Gracias Fernanda. Ver que la gente lee mis historias y le gustan me anima a seguir escribiendo.

Un abrazo

Laura

Anónimo dijo...

TAN MUY BUENOS LOS RELATOS!!:
D DOND SACAS TANTOS??
JAJAJ
BUE ME RE GUSTAN ESPERO K (SIGAS RELATANDO)

UN BESO
CUIDATE
CHAU

**Reyna**

Peter Mathius dijo...

Láura, este Relato ha sido verdaderamente "ESPELUZNANTE", y da mucho que pensar... La verdad, a veces sería conveniente no INDAGAR sobre el PASADO del Entorno en donde nos hayemos ubicados, para evitar encontrarnos ante estas "SORPRESAS DEL DESTINO"... Bufff, qué IMPACTANTE.-

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